lunes, 25 de febrero de 2013

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Winston Churchill
1964, Editorial Peuser, Buenos Aires. Primera edición 1948.


Tiro al blanco

Estaba buscando este libro en seis tomos desde hacía tiempo, pero la zanja monetaria que nos separaba era demasiado amplia. Hablamos de algo más de cuatrocientos pesos. Había leído el primer tomo prestado en una biblioteca y quería más. En una visita a los quioscos de Parque Centenario encontré una edición a la que le faltaba un volumen. La vendedora pedía doscientos pesos y buscaba desesperadamente el volumen faltante en un desorden ingobernable. Aduciendo la ausencia del volumen ofrecí cien pesos, una canallada. Después hubo un paso de comedia, la vendedora se ofendió ante el desvergonzado regateo, yo amagué una ida como si no me interesara, lo que finalmente cristalizó en ella saliendo de su quiosco medio persiguiéndome por la feria para aceptar mi oferta. El volumen que faltaba lo conseguí de una bibliotecaria amiga, que lo tenía repetido en sus estanterías y me lo cedió generosamente (ahí conocí el término "dar de baja" un libro). De este oscuro modo completé finalmente esta colección.

La lectura de estos seis tomos, los cuales en promedio tienen 600 páginas cada uno, fue todo un desafío. Demoré todo un año en concluir la lectura, mechada con otros textos porque, como decía Bernard Shaw, algunos libros por su extensión nos obligan a vivir adentro de ellos por un tiempo. La verdad es que vivir la Segunda Guerra Mundial durante todo un año es algo pesado y descorazonador, por lo que de vez en cuando descansaba de tanta tragedia con algún que otro texto pasatista.

El autor

¿Qué se puede decir de Churchill? Es uno de esos personajes odiosos que paradójicamente despiertan admiración, como Napoleón. Primer hecho importante, y el más relevante para nosotros los lectores, fue premio Novel de literatura; porque sí, además de ser uno de los personajes más importantes de la política del siglo XX, Churchill era un gran escritor.

Churchill es de algún modo un producto, un arquetipo tardío del imperio británico en decadencia, al que la Segunda Guerra Mundial dio el golpe de gracia. Hijo de un Lord, conservador, cercano a la familia real, desde joven Churchill elije la carrera militar y más tarde la política, lo que lo llevaría a ser uno de los cuatro o cinco protagonistas (él, Roosevelt, Stalin, Hitler, Mussolini) que decidirían en cinco años hacia dónde se dirigiría el destino del mundo de la segunda mitad del siglo XX.

Hay algunas anécdotas que lo pintan de cuerpo entero. En sus memorias de juventud cuenta cómo, destacado en la India por el ejército británico, cuando tenía que ir a escarmentar a los pueblos rebeldes de las montañas, él prefería usar en las cargas de caballería una pistola automática en lugar del sable tradicional (so excusa de un problema crónico en un hombro) lo que resultaba más conveniente para matar a los insurgentes mal armados. Todo un ejemplo de pragmatismo.

Churchill había sido Primer Lord Almirante de la armada británica durante la primera guerra. A él se atribuyó la desastrosa derrota de Galípoli, frente a las costas turcas. Después de eso vegetó políticamente hasta convertirse en épocas previas a la segunda guerra en la voz que reclamaba armarse frente a la apatía del primer ministro Chamberlain; quien a pesar del crecimiento armado de Alemania confiaba todavía en una salida diplomática. Cuando en 1938 Alemania invade Austria, todavía Inglaterra duda en declarar la guerra. Con la invasión de Checoslovaquia en 1939 ya Alemania está adelantada en su carrera armamentista e Inglaterra solo la aventaja en su histórica preponderancia en el dominio de los mares. Churchill es llamado de nuevo para asumir el almirantazgo, lo que finalmente lo llevará a ser elegido primer ministro en plena guerra, con todo en contra. Siendo principal objetivo de Alemania y sin aliados de importancia, pues los EE.UU. eran todavía espectadores de lujo de una Europa que se incendiaba.

El libro

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL es un libro extenso. El estilo de Churchill es ágil, casi periodístico, pero sin esa llaneza de lo periodístico. Las páginas, que al principio dejan al lector algo acobardado por su cantidad, pasan con rapidez. Eso es lo más asombroso de este libro, que uno no se aburra nunca. Y no es sólo porque lo narrado lleve un interés fundamental para quien quiera entender la historia de todo el siglo XX y las consecuencias que todavía vivimos hoy día; sino que el autor tiene verdadero talento para contar.

Churchill toma como base a Daniel Defoe (otro famoso imperialista) para la estructura de su libro. Que mezcla puntos de vista personales con narraciones "objetivas" de los hechos. También, como Defoe en el Robinson, adopta la síntesis apretada al comienzo de cada capítulo; una modalidad bastante común que ha perdido actualmente uso y que también podemos encontrar en otros muchos autores.

En medio del complejo desarrollo de la narración, el autor se las arregla para intercalar cartas y apreciaciones personales, revelar los planes estratégicos y los resultados reales de esos planes, además de describir el importante desarrollo tecnológico inherente a la guerra.

Un descripción tomo por tomo, en lugar de una apretada y embrollada síntesis general, puede, aunque extensa, ser de mayor beneficio a quienes quiera saber de qué va el contenido de este libro.

Tomo 1: "Se cierne la tormenta"

El primer tomo narra la experiencia europea de entreguerras. Las restricciones impuestas a Alemania y cómo lentamente la tensión aumenta en el período. Inglaterra toma una posición débil (según juzga Churchill desde el primer momento) y a través de su primer ministro Baldwin y después con Chamberlain, confía en que Alemania respete lo impuesto en el tratado de Versalles.

Con la asunción del poder por parte de Hitler la guerra comenzará a insinuarse de modo cada vez más acentuado, pero Chamberlain sigue confiando en la vía diplomática. Finalmente las señales se convierten en hechos. Alemania invade la Renania en 1934, zona crítica para la defensa francesa. En 1938 invade Austria, pero Europa mira sin condenar la invasión, suponiendo que la ambición de Hitler terminaría allí. Para cuando en 1939 Alemania entra en Checoslovaquia, la guerra es declarada. En estos primeros momentos de la guerra Alemania cuenta a Rusia como aliada, que avanza sobre Finlandia.

Mientras tanto Churchill intercala en su narración los entretelones políticos de las cámaras británicas y su propio resurgimiento, el cual lo llevará a ser citado para retomar su cargo de Primer Lord del Almirantazgo.

Tomo 2: "Su hora más gloriosa"

El segundo tomo narra el modo en que Inglaterra organiza la defensa de la isla contra el inminente ataque alemán. Además de su intervención en la batalla de Francia con las pocas divisiones que pudo aportar a la guerra continental, y la desesperada y final retirada de las tropas británicas a través del canal. Churchill es nombrado Primer Ministro británico. Al mismo tiempo el autor subraya el hecho de que por esa época de la guerra (1940) Inglaterra se encontraba sola. Comenzaba ya un largo escarceo con los EE.UU. pero Roosevelt no podía declarase aliado, porque el congreso norteamericano le impedía romper la neutralidad (según cuenta Churchill).

La segunda parte narra lo que Churchill llama la "Batalla de Gran Bretaña". En esta sección se cuenta con lujo de detalles los bombardeos sobre Londres y cómo Inglaterra articula su defensa. Este es uno de los pasajes más interesantes del libro, donde se pone de manifiesto la importancia del dominio aéreo en la guerra moderna.

Entretanto, la guerra toma el norte de África. Italia, que ya había invadido Etiopía, intenta extender su dominio. En 1941 Hitler envía sus tropas a África. Las costas del sur del Mediterráneo comenzarán a ser uno de los escenarios más disputados de la guerra. El dominio del Mediterráneo era fundamental en el desarrollo de la conflagración, pues suponía el contacto con oriente sin la necesidad de rodear el continente africano. Por esta misma época Hitler decide darle la espalda a su aliado soviético. Alemania invade Rusia, lo que a la larga le valdría perder la guerra.

Tomo 3 "La Gran Alianza"

Este tomo se centra en la época en que el Reino Unido cristalizó su alianza con EE.UU. y Rusia. Churchill, Roosevelt y Stalin (el "Tío Joe" para los dos primeros) serán los que entre tensiones e intereses dispares (sobre todo en el caso de Rusia) deban derrotar la amenaza alemana.

La guerra se extiende a los Balcanes, Rumania y Bulgaria se alían al eje mientras que Yugoslavia es arrasada por las tropas alemanas. Medio oriente cobra importancia y el norte de África tiene un dolor de cabeza cuyo nombre es Rommel. Se establece el frente oriental, con la invasión de Rusia a manos de las tropas alemanas. EE.UU. e Inglaterra enviarán por este motivo ayuda a través del mar del Norte con magros resultados; lo que produce protestas por parte de Rusia. Mientras tanto el Atlántico es dominado por los submarinos alemanes. Nacen los convoyes defensivos. Por si fuera poco Japón se suma a la guerra y empuja a EE.UU. a hacer lo mismo, después del bombardeo de Pearl Harbor.

Entre los detalles de la guerra múltiple que alcanza categoría global, Churchill se las arregla para narrar su cálida relación con Roosevelt y su secretario privado Harry Hopkins, un enigmático empresario americano, destacado masón. También se atarea en señalar las tenciones con Stalin, en el que subraya diferencias antes que coincidencias. En vistas del devenir histórico posterior a la guerra, que Churchill ya tenía ante sus ojos en los años que escribe su libro, no es de extrañar que fuerce las caracterizaciones de los dos  estadistas opuestos (y de las dos superpotencias) para quedar bien parado con su aliado EE.UU. en la Guerra Fría posterior.

Tomo 4 "El vuelco del destino"

El volumen cuarto muestra, como su nombre lo sugiere, el cambio de rumbo de la guerra que en los libros precedentes ofrece un desolador cuadro de derrotas sucesivas para los aliados. La primera parte narra las alternativas de la conflagración en oriente. El ataque del Japón en el pacífico y el desarrollo de la guerra en Malaca, Singapur, Ceilán y el Golfo de Bengala. Entretanto siguen las batallas en el norte de África.

También se reflejan más intensamente las densas alternativas diplomáticas entre las tres principales potencias aliadas. Ya comienzan a perfilarse los planes de invasión a Europa, y las discusiones sobre las pretensiones territoriales una vez terminada la guerra son uno de los principales motivos de debate, sobre todo con Rusia. Surge por primera vez la descripción de la bomba atómica en desarrollo por parte de los EE.UU.

La segunda mitad del libro nos muestra los repetidos viajes diplomáticos de Churchill a bordo del hidroavión americano "Bernack" (la descripción de estos viajes es muy interesante en términos narrativos y descriptivos) y la laboriosa conquista del norte de África por parte de fuerzas conjuntas británicas y norteamericanas. En medio de eso, el llamado episodio Darlan: la muerte misteriosa del comandante alemán de la zona francesa de África, que no encuentra responsable y en la que se sugiere la influencia de la masonería (Roosevelt se encargará de cuidar al hijo lisiado de Darlan hasta su muerte).

Tomo 5 "El cerco se cierra"

El quinto tomo comienza con la profundización de la ofensiva aliada. La toma de Sicilia y la ascensión del ejército británico por la bota de Italia. Gesta que será durísima y no tendrá efectos más que secundarios en la toma de Europa, como fue el de quitar divisiones alemanas del frente ruso para atender a las necesidades italianas. Finalmente Mussolini cae, pero los alemanes siguen bloqueando la zona norte de Italia.

En el apartado de desarrollo tecnológico, Churchill describe las "armas secretas alemanas", los cohetes y las bombas no tripuladas, que castigarán a Londres sobre el final de la guerra.

Siguen las intensas negociaciones tripartitas de las potencias aliadas. Se decide que la ofensiva principal para derrotar a Alemania se hará a través del canal de La Mancha. Mientras la ofensiva en Italia "se arrastra", Grecia es liberada de los alemanes y una revuelta civil es reprimida por las fuerzas aliadas. Entretanto la ofensiva japonesa sobre la India es detenida por los americanos y el avance japonés comienza a debilitarse.

El tomo cinco cierra con un prólogo a lo que será la invasión por el canal, el día D.

Tomo 6 "Triunfo y tragedia"

El último tomo comienza con la descripción de la invasión a Normandía. El día D continúa con la irrupción de los aliados en territorio francés hasta la conquista de París. Por el sur, otra fuerza más débil invadirá la zona de la costa azul hacia el norte, en tanto que Italia seguía siendo asediada por los aliados. Por otro lado, en el frente oriental los rusos avanzaban sobre la tropas diezmadas de los alemanes, a los que el histórico frío soviético le estaba dando la misma lección que otrora le diera a Napoleón. Ya comienza a traslucirse en la narración de Churchill la preocupación británico-americana acerca del poder de esta Rusia comunista que avanzaba sobre los países de la Europa oriental, con ambiciones de anexión de nuevos territorios (sobre todo a costa de Polonia). Mientras tanto EE.UU. establece su dominio en el Pacífico con sucesivas derrotas a la armada japonesa.

También en este volumen se describe la conferencia de Yalta. Histórica porque allí se decidió la suerte de Europa luego de la guerra. Si bien no es la única conferencia que Churchill refiere en su libro (son muchísimas y a veces aburre su detallada descripción) ésta es la más importante y también la más célebre.

La segunda parte del libro se titula "La cortina de hierro", nombre donde ya se anuncia lo que la historia tendría preparado para la Europa de posguerra. En medio de las negociaciones, el presidente Roosevelt fallece súbitamente a los sesenta y tres años; lo sucederá Harry Truman.

El resto del volumen se entretiene en describir el avance de las fuerzas aliadas sobre Europa. Casi una carrera porque los soviéticos no llegaran antes que los americanos a Berlín. Narra también la derrota final del Japón en el Pacífico a manos de los EE.UU. con su nuevo juguete atómico, que tantos dolores de cabeza traería al siglo XX. Pero lo fundamental de este último volumen, es la descripción de las alternativas diplomáticas conque las potencias luchaban en medio de la capitulación alemana por una mejor parte del botín europeo. Si bien la narración de Churchill es transparente en cuanto sus intenciones de dejar a Stalin como un villano ambicioso y a los americanos como los amigables benefactores del nuevo orden mundial.

La narración concluye abruptamente, en medio de las negociaciones de una guerra ya finalizada, cuando en Inglaterra se disuelve el gobierno de coalición entre liberales y conservadores surgido durante la guerra, y Churchill no obtiene una victoria para ser reelegido primer ministro británico.

Conclusiones

Es difícil juzgar una obra como esta, cuya ambición y extensión excede cualquier intento de comprensión global. Un libro donde se intentan reflejar la historia de hechos fundamentales, desde la visión de uno de sus principales protagonistas, dando detalles de los pormenores políticos, militares, tecnológicos y hasta psicológicos que se entremezclan en la historia viva y que aún hoy nos tocan de cerca, no se puede analizar desde un único punto de vista.

En términos históricos es palpable que el libro no es objetivo, desde el momento en que ciertos elementos extraños a la descripción de los hechos son introducidos en la narración. Puntos de vistas personales y explicaciones de ciertas decisiones, así como la descripción de la simpatía y amistad profesada hacia Roosevelt, en tanto que Stalin es pintado a veces con una suerte de sutil pero peyorativa caricatura, dejan en claro que no podemos tomar este libro como una historia objetiva (si esto existe); y sería un error hacerlo. La imagen que queda resonando es la de un pueblo británico heroico en la adversidad, un amigo norteamericano deseoso de intervenir para el salvataje de Europa pero al que un congreso obtuso le impedía concretar sus magnánimos designios, y un oso  soviético calculador y ambicioso que sobre el final de la guerra intenta reunir el mayor botín que le fuera posible. La instantánea final es falaz.

Desde el punto de vista narrativo nada se puede objetar a alguien que escribe un libro de seis largos tomos y evita todo el tiempo el tedio del lector. Naturalmente ciertos pasajes son más entretenidos que otros. La profusa descripción de las alternativas políticas internas del gobierno británico, así como la detallada relación de todos los encuentros diplomáticos tripartitos entre las potencias aliadas y los bilaterales entre Inglaterra y EE.UU., llegan a aburrir. Pero la narración salta adelante cuando se alternan detalles concretos de la guerra o se describen los avances tecnológicos y el modo que las decisiones políticas hacían avanzar ciertos proyectos sobre otros.

No muchas veces la historia tiene un protagonista que sepa escribir. Esperar una descripción objetiva de los hechos sería inocente. Tomar esta obra cercana a lo monumental con una mirada crítica puede ser un punto fundamental para conocer de a poco, cruzándola con otras lecturas, lo que ocurrió en estos cinco años en los que el mundo cambió de un golpe; para que la segunda gran guerra, no fuera sino la primera de las muchas guerras "modernas" que se sucedieron a lo largo del siglo XX.

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